En este mes del Sagrado Corazón de Jesús y cercano a la Festividad del Corpus, concluye el año dedicado por la Iglesia Católica a sus pastores, termina el año sacerdotal. Tanto les debemos que como decía recientemente el Obispo de Córdoba en la homilía de la Festividad del Corpus, sin ellos no podríamos beneficiarnos de los sacramentos y en especial de la Eucaristía. Los medios de comunicación suelen hacer eco voraz de hechos puntuales y aislados que sería injusto ocultar o negar, pero olvidan los innumerables ejemplos de bien que se hacen a diario y continuadamente durante años de vida consagrada. Es el caso del Padre  Jerzy Popieluszko, canonizado también en este mes, o los ricos pensamientos que nos transmiten con sencillez y claridad como los del Santo Cura de Ars cuyo Aniversario de su nacimiento ha servido para plantear este evento